miércoles, 21 de febrero de 2024

Conferencia en Zaragoza

En Zaragoza, hace unos días, tuve una agradable comida con colegas en el Paraninfo, antes de la conferencia La toxicidad pedagogista que organizaron los compañeros de La rueda de la ciencia, en el Espacio Joven de Ibercaja (y tertulia posterior). Pude saludar a algunos buenos amigos y conocer personalmente a otros. Dejo algunas instantáneas.


lunes, 5 de febrero de 2024

“La toxicidad pedagogista. En defensa de la didáctica". Conferencia en Zaragoza

 


El próximo lunes, 12 febrero, a las 17h, en el Espacio Joven Ibercaja (Fernando el Católico, 1) de Zaragoza, impartiré la conferencia “La toxicidad pedagogista. En defensa de la didáctica". La asistencia es gratuita, previa inscripción.

viernes, 2 de febrero de 2024

Nuevo libro

 

Es un placer anunciar que, previsiblemente en abril, saldrá a la venta mi próximo libro, que será una recopilación de textos revisados y actualizados, con el añadido de algunos nuevos escritos, todos ellos prologados por una persona a la que tengo gran admiración: Albert Boadella. 

Las grandes obras

 


Sugieren por ahí que no vale la pena trabajar las grandes obras en clase porque los alumnos no las van a comprender "con profundidad". Tal y como yo lo veo, que un alumno no esté en condiciones de comprender obras profundas no quiere decir que no se las debamos acercar y tratar de hacérselas comprensibles. Mejor un primer contacto, por superficial que sea, que la ignorancia. Mañana comenzaré el Barroco con Caravaggio, Artemisia Gentileschi, Vivaldi y Bernini. No creo que puedan apreciarlo con profundidad, pero que van a tener la oportunidad de conocerlos, denlo por hecho. Precisamente porque "se aprende a apreciar" estas grandes obras "con el tiempo", no podemos dejarlo para más adelante. Cuanto antes aproximemos a nuestros alumnos a los clásicos, más posibilidades tendrán de cultivar el paladar intelectual y cultural.

lunes, 29 de enero de 2024

jueves, 25 de enero de 2024

Las matemáticas socioafectivas y las acelgas camufladas

Me insisten en que justifique por qué critico la propuesta vaporosa del Gobierno de reforzar las matemáticas mediante un "enfoque socioafectivo". A ver si me sé explicar (voy a dejar para otro momento el anuncio del posible chantaje que supondría premiar con un complemento salarial al profesor que aceptara estrictamente la imposición metodológica de la LOMLOE, como si esta fuera el mismísimo Concilio de Trento). Comenzaré con una frase que he leído por ahí y dice así:
"Si las primeras experiencias son positivas, satisfactorias y motivadoras, luego avanzar es mucho más fácil".
Cierto. Si a un niño le das a probar la verdura y le encanta, todo irá rodado, en este aspecto, al menos. Pero, ¿y si no es así? ¿Si no le gusta? ¿Si protesta? Porque no podemos garantizar que le gustarán las acelgas, como no podemos garantizar que la primera experiencia de un alumno con una materia o contenido va a ser “positiva, satisfactoria y motivadora”, aunque todo maestro querría que fuera así.
¿Qué hacemos entonces, si no lo es? ¿Cómo actuamos si ese primer contacto con la asignatura no ha sido "una experiencia religiosa"? Al niño, claro, le camuflamos la verdura para engañarlo y la escondemos dentro de otra cosa, a ser posible con forma divertida (el otro día leí este titular de un reportaje sobre salud: “Cómo ocultar las verduras en los alimentos para niños”), o directamente aceptamos que no coma verdura y la sustituimos por otro alimento que le guste más, aunque sea menos nutritivo o menos sano, no sea que se nos enfade Y si se enfada, le ponemos un móvil en las manos y lo tendremos un buen rato callado. Lo de educar el paladar, ya se lo pediremos a los profesores, que siempre es divertido pensar en nuevas asignaturas “para el siglo XXI” y, además, tienen muchas vacaciones. Que trabajen.
¿Y qué hacemos nosotros, los ociosos profesores, con los hijos de los demás? ¿Aceptamos, resignados, que las matemáticas (o la asignatura que impartamos) no les entran a algunos a la primera, nos inventamos “un nuevo enfoque”(que esto siempre suena bien - ¡Hay que innovar!-), escondemos, como las acelgas, los contenidos en un envoltorio emotivista y lo llamamos “enfoque socioafectivo”? ¿Y qué demonios significa esto? ¡Socioafectivo! ¿Acaso la educación no ha tenido siempre una función social? ¿Damos por hecho que la experiencia poco positiva, poco satisfactoria o poco motivadora de algunos alumnos se debe a que el enfoque no era lo suficientemente afectivo? ¿Queremos decir afectivo o afectuoso? ¿O queremos decir afectado? ¿Qué pedimos a un profesor? ¿Queremos que el profesor enseñe bien o que proporcione afecto? ¿Qué queremos que logren nuestros alumnos? ¿Queremos que aprendan o que sus experiencias sean SIEMPRE positivas, satisfactorias y motivadoras? ¿Pensamos en la inmediatez o en el futuro (en su futuro)? ¿Qué es más educativo? ¿Qué les hace mejores y más "resilientes"?
Nunca un profesor ha perseguido que sus alumnos tengan experiencias negativas, insatisfactorias y desalentadoras. Siempre hacen (hacemos) todo lo posible por enseñar, por contagiar pasión o, al menos, curiosidad por la materia. El afecto está implícito en esta labor porque nos preocupan nuestros alumnos y buscamos lo mejor para ellos. Pero no necesitamos propuestas extravagantes ni disimulos. Necesitamos que nos garanticen unas condiciones óptimas (esto sí se puede garantizar) para que enseñemos más y mejor y para que nuestros alumnos aprendan más y mejor. Déjense de postureos cursis y traten a los alumnos como personas capaces de aprender y progresar. Entiendan que para asumir retos y afrontar situaciones, tendremos que ponerlos ante tales dificultades, ayudándoles a superarlas y no evitándoselas o disimulándolas. Confíen en ellos y traten de hacerlo en nosotros. Apuesten de una vez por el saber. Las matemáticas cuestan, como cuesta la música o cualquier otra materia que valga la pena aprender. He ahí su valor: son valiosas porque requieren un esfuerzo y porque su aprendizaje enriquece personalmente. Algunos llamamos a esto educar.

miércoles, 24 de enero de 2024

Inestables, en directo

Aquí dejo la grabación (muy casera) de la actuación de mis queridos Inestables el pasado 22 de diciembre. En esta ocasión, son alumnos de la asignatura de Taller de Interpretación Instrumental de 2º ESO y alumnos de la asignatura Música y Cine de 1º de Bachillerato, así como de Música de 3º ESO. Sirvió como ensayo de cara al final de curso, en el que pondremos de largo varios proyectos interesantes en los que estamos inmersos. 

Last Christmas, el conocido tema de Wham!, y la Cantiga 77 de Alfonso X el Sabio, modernizada y con cierto aire psicodélico, son las dos piezas que interpretamos. Disculpen el ruido de fondo y la calidad de la grabación, pero la cámara estaba lejos y el público adolescente es inevitablemente ruidoso.



martes, 24 de octubre de 2023

Visita a San Miguel de Estella

Esta mañana he visitado con mis alumnos de 3º esta joya que tenemos a quince minutos andando del instituto. Nos ha servido para introducir la Edad Media.

La Iglesia de San Miguel de Estella es del siglo XII. Aunque ha sufrido transformaciones, su portada norte, románica, puede que sea su mayor valor. Podríamos decir que es una Biblia en piedra, casi un cómic medieval. Contiene circo arquivoltas de medio punto que descansan sobre columnas con capiteles figurados.

En el tímpano, Cristo aparece rodeado de tetramorfos: arriba a la izquierda, un Ángel u Hombre alado que representa a San Mateo; arriba a la derecha, el Águila con dobles alas, que es San Juan; abajo a la izquierda, el León alado (San Marcos) y a su derecha el Toro alado (San Lucas).

Justo debajo podemos ver dos seres que regurgitan o devoran a un hombre.

En el lado izquierdo hay dos partes: a la izquierda, el Arcángel San Miguel como vencedor del dragón, ante la presencia de otro ángel. A la derecha se nos representa de nuevo a San Miguel, pesando las almas con un demonio a su izquierda y el infierno debajo.

En la parte derecha tenemos la visita de las tres Marías al Sepulcro vacío de Jesús resucitado, custodiado por dos ángeles.

Arriba, a ambos lados, los doce apóstoles (los más pequeños, encima).

En cuanto a las arquivoltas:

En la primera, seis ángeles (algunos con incienso).

En la segunda, que es la que nos interesa, dieciocho ancianos del Apocalipsis, por parejas:

ORGANISTRUM: Instrumento antecesor de la zanfoña, de cuerda y tecla. Las cuerdas son frotadas por una rueda que actúa de manera continua, formada por una caja de resonancia y otra caja alargada donde se coloca un teclado que se acciona para producir diversas alturas de los sonidos. Se toca entre dos instrumentistas (uno acciona la manivela y otro se encarga del teclado) debido al tamaño del instrumento (podía alcanzar hasta metro y medio de longitud).

¿ARPA y CEDRA?: El primer instrumento parece sin duda un arpa medieval, instrumento de cuerda pulsada que se tocaba con los dedos. El segundo, sin embargo, pudiera ser una cedra, nombre de cedra proviene del latín vulgar citera, y este del griego kithára, lo que también podría indicarnos que es alguna forma arcaica de la guitarra. En cualquier caso, se trata también de un instrumento musical de cuerda, popular hasta el siglo XIII, que se tocaba igualmente con los dedos.

FÍDULAS: Fídula es un término genérico aceptado para denominar al conjunto de los distintos instrumentos de cuerda frotada de la época medieval. Parece estar emparentado con el rabel, que los árabes trajeron a Europa. Se tocaba con arco, como el violín o el violonchelo.

El resto de arquivoltas representan escenas de la vida y milagros de Jesús. Por ejemplo, la cuarta, los milagros; la quinta, hechos de santos (el martirio de Santa Águeda, la crucifixión de San Pedro…).

Hemos dado un paseo, hemos hablado sobre la sociedad medieval y hemos admirado esta maravilla. Luego, en clase, hemos comentado la experiencia.





martes, 3 de octubre de 2023

Obsolescencia y discriminación

Si obsoleto es lo que no está en uso, reivindiquémoslo como garante de una enseñanza al margen de modas. Si discriminar es distinguir, aceptemos la distinción como un fin educativo y persigamos que sean distinguidos quienes lo merezcan, sea cual sea su situación de partida. Porque si llamamos obsoleto y discriminatorio a lo que no es ni lo uno ni lo otro, dejaremos sin denunciar la obsolescencia perjudicial y la discriminación injusta.

[Visto en Twitter]

jueves, 28 de septiembre de 2023

Entrevista en La Opinión de Murcia

Aquí dejo una entrevista para La Opinión de Murcia. Se titula El problema del pedagogismo y puede leerse aquí.

¿Contra la cultura del esfuerzo?


No se puede estar contra el pedagogismo, pero sí contra la cultura del esfuerzo. Lo de algunos es asombroso.

"Cuando dices “cultura del esfuerzo”, dices que si alguien fracasa es porque no se ha esforzado lo suficiente", leía esta mañana. Esto es lo que hacen siempre los pedagogistas: interpretar malas intenciones en los demás, atribuyéndose a ellos mismos las buenas en exclusiva.

Primero, no entienden que las buenas intenciones no pueden servir de excusa para las malas decisiones. Segundo, el maestro que tanto presume de bondad, suele ser porque no es capaz de presumir de conocimientos.

Los defensores del esfuerzo no somos tan elementales como para atribuir el fracaso únicamente a la falta de esfuerzo, pero sí sabemos que este es imprescindible en el aprendizaje.

Que a menudo no se reconozca el esfuerzo de quien lo practica, que es algo que sucede en nuestro sistema educativo y en nuestra sociedad, no significa que debamos combatir el esfuerzo sino exigir que se recompense. Debe llevarnos a reclamar para el alumno al que no le baste con esforzarse todos los recursos necesarios para que disponga de las mismas oportunidades que los demás.

Abolir el esfuerzo no es la solución. La solución pasa por reparar el ascensor social, haciendo de aquel un factor determinante en el éxito escolar y en el progreso social. 

Nueva reseña de "Contra el pedagogismo"

Nueva reseña de "Contra el pedagogismo" en el blog Me sé cosicas. Aquí.

(...) Al comenzar estas reflexiones decíamos que Contra el pedagogismo es también un panfleto en cuanto a su carácter risueñamente agresivo. Valga como muestra de este excipiente una acuñación que el autor reserva para una nota a pie de página (p. 42, nota 7), pero que bien merece su resalte. Royo pone en la diana a todos aquellos que no se ven en la necesidad de poner en práctica la homeopatía pedagógica que prescriben para los demás, bien porque no han pisado un aula jamás, o bien porque son prófugos de la tiza y no quieren volver a pisar un aula. Este biotipo docente se preocupa solo de quedar bien, acumular likes y recibir la nominación al mejor profesor en los premios que convocan entidades bancarias. A este comportamiento Alberto Royo lo denomina el pantojismo educativo. Ahí tiene el título de un futuro libro (...).

Reseña de "Contra el pedagogismo"

Reseña de Contra el pedagogismo en el blog Pasión y compasión, educar. Puede leerse aquí.

(...) Estábamos perdiendo el equilibrio y tocaba recolocarse. Este ensayo de Alberto Royo ayuda a recuperar el equilibrio (...).