martes, 6 de marzo de 2018

¿Sirven para algo los suspensos? En el Magazine de La Vanguardia


El Magazine de la Vanguardia publicaba este domingo un reportaje sobre los suspensos para el que la periodista Eva Milet me había pedido opinión. Se puede leer el texto aquí.

5 comentarios:

  1. Alberto, si no fuera por tus palabras en el artículo, se confirmaría aquello de "Abandonad toda esperanza". Seguimos con la dichosa autoestima, con la necesidad de evaluar cualitativamente (pero qué miedo le dan los números a algunos, como si detrás del número no hubiese un proceso cualitativo), y lo mejor lo de Marina: evaluar el progreso, no el resultado final (nada que objetar si al final no vas a certificar los "progresos" con un título homologado, si va a ser así, mucho cuidado). Ay...no avanzamos o más bien retrocedemos.
    Gracias por mantenerte en la trinchera de la disidencia.

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  2. Significativo que el artículo salga en "La Vanguardia", pues de todos es sabido que los teóricos del pedagogismo abundan en Cataluña como los níscalos en El Ampurdán.
    Pregunta: ¿Sirven para algo los suspensos?
    Respuesta que puede deducirse de las elucubraciones de unos cuantos de los encuestados: No sirven para nada o incluso son perjudiciales.
    Conclusión honesta: vamos a suprimirlos, suspendamos los suspensos.
    ¿Se atrevería a hacerlo alguien si luego tuviera que hacer frente a las responsabilidades que ello acarrearía? Yo he conocido a profesores que daban aprobado general y los alumnos lo sabían: los resultados han sido siempre desastrosos. Este es un debate ficticio: en un sistema educativo regularizado, el suspenso es imprescindible, otra cosa son las alegrías que puedan permitirse los que fundan academias utopistas o de recuperación de suspensos: sorprendentemente, para estos últimos, los suspensos que les ponen a los chicos son siempre inexplicables.
    Gracias por hacer lo que se esperaba de ti, Alberto: aportar sensatez.

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  3. Por accidente, he borrado un amable comentario que copio literal a continuación h que agradezco mucho:

    Amigo Alberto (los amigos de la educación son siempre mis amigos):
    Bravo por los artículos y (por anticipado) bravo por los libros. Rubalcaba y sus compinches (algunos de derechas) han cometido un atropello cultural de tal calibre, que la historia los mirará (espero) como Spencer Tracy a los nazis (muy disminuidos) en Vencedores y vencidos. Pero España no tiene memoria, entre otras cosas porque no la ejercita en la escuela. Soy profesor de universidad y estoy viviendo ya de cerca el hundimiento de todo lo que conocía y quería, de aquello por lo que oposité e incluso de los buenos modales universitarios. Nos imponen el Docentia, premian las evaluaciones negativas y dejan a los alumnos acosar a sus profesores en los órganos universitarios. Empezamos a ansiar la jubilación desde jóvenes. Un desastre anunciadísimo por mis amigos de la Enseñanza Media. Y el acoso de los alumnos es jaleado por los Rectorados. En suma, gracias y ojalá que tus esfuerzos no caigan en saco roto. Gracias por escribir muy bien, por ser cinéfilo y por recordar al admirable Atticus Finch. H. B."

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